lunes, 25 de abril de 2022

Receta de bizcocho a la salud de Santa Hildegarda


Santa Hildegarda de Bingen, perteneciente a la Orden de San Benito fue una santa, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, polímata, abadesa, mística, líder monacal y profetisa alemana del sigo XI. Menudo currículum, para quedarse boquiabierto!!! 

Animamos al lector a investigar sobre la vida de esta magnífica mujer.

Escribió largo y tendido sobre nutrición y creó unas cuantas recetas de cocina diseñadas especialmente para mantener y/o recobrar la salud. Le llaman Recetario Hildegardiano. 

A nosotros nos encantan sus galletas de la felicidad para reconfortar el cuerpo y el espíritu. Así las denominó. Activan el cuerpo y despejan la mente, incluso dice que los niños deben comer máximo 3 de ellas para evitar que se vuelvan pillos.

Seguramente nosotros hemos comido demasiadas y por eso estamos llenando este blog con preguntas y reflexiones incómodas... ya tenemos la excusa :-)

Su receta para galletas es genial, pero para personas mayores resultan un tanto duras… y para algunos no tan mayores también. Así que decidimos adaptar la receta y convertirla en bizcocho.

Aquí nuestra versión:

Ingredientes:

11 gr de nuez moscada molida en polvo.

11 gr de canela molida en polvo.

3 gr de clavo molido en polvo.

375 gr de harina de espelta (toda blanca o mejor, 300 gr blanca y 75 gr integral)

75 gr de azúcar de caña. (Deberían ser 150 pero no lo queremos tan dulce)

125 gr de mantequilla (o también aceite de coco)

100 gr de almendras molidas.

1 pizca de sal.

2 huevos (enteros, aunque ella devcía solo las yemas)

50 grs levadura fresca

Ralladura de piel de una naranja

Procedimiento.

1.- Mezclar la harina con las especias, la sal, el azúcar, las almendras molidas, la levadura y las ralladura de piel de una naranja.

2.- Derretir la mantequilla.

3.- Añadir los huevos, la mantequilla, el aceite de coco.

4.- Mezclar hasta que quede una pasta homogénea.

Cocción:

30 minutos a 180 grados.

Pinchar con palito a ver si el bizcocho está hecho y dejarlo más tiempo si fuera necesario. 

En una sartén no lo hemos probado todavía. 

Esperamos que Santa Hildegarda no se nos enfade… aunque tenga todo el derecho a enfadarse. Un día de estos pensaremos en la utilidad del enfado.

Pues eso… manos a la masa.

Salud!!!